Sin embargo, el pensamiento positivo es mucho más que sonreír durante el día. En realidad, existe una base científica para la idea de que mantener el mente positivo puede tener efectos positivos en su la vida. ¡Es cierto! ¡La forma más sencilla de hacer un bio-hack podría ser darle la vuelta a ese ceño fruncido amigo! Así que no te quedes sólo con el día de hoy... ¿por qué no hacer de cada día un día de pensamiento positivo?
Y, si ya estás microdosificando hongos mágicos o trufas (o ir a un viaje completo y disfrutar del resplandor posterior) puede descubrir que ya ha manifestado una perspectiva más positiva. Perfecto. Resulta que muchos de los beneficios del pensamiento positivo son paralelos a las buenas vibraciones que proporcionan las setas de forma natural.
Así que, hongos y una sonrisa es justo lo que recetó el médico, ¿eh? Bueno, más o menos, en realidad. Pero analicemos la ciencia que hay detrás de las buenas vibraciones... porque, ¿qué son las sensaciones cálidas sin el respaldo de una bata de laboratorio?
El estudio del pensamiento positivo
Sí, el estudio del pensamiento positivo es un campo científico en auge. Prácticamente inédito hasta hace 30 años, unos pocos estudios de referencia revelaron el poder de esta habilidad infravalorada. Hoy en día, se publican anualmente cientos de estudios sobre el poder del pensamiento positivo. Uno de los temblores que desencadenó el terremoto de la investigación sobre el tema fue un estudio de 1985 denominado "Optimismo, afrontamiento y salud: Evaluación e implicaciones de las expectativas de resultado generalizadas" - básicamente cómo sus expectativas de la vida (sean positivas o negativas) en última instancia, afectan a su salud y a su capacidad para "salir adelante".
El estudio fue publicado por Charles S. Carver y Michael F. Scheier, quienes elaboraron un cuestionario de autoinforme para comprobar el "optimismo disposicional", que aún hoy se utiliza como escala para la investigación científica sobre el pensamiento positivo. Su estudio, y otros posteriores, demostraron por fin lo que se sospechaba desde hacía tiempo: que una perspectiva positiva es mejor para la psicología y también la salud biológica.
Las personas que se sienten bien con respecto al futuro son más propensas a cuidarse y a adoptar más comportamientos positivos para la salud. Además, quizá en contra de la opinión popular, el pensamiento positivo hace que seamos mejores solucionadores de problemas. Esto se debe a que el optimista no cierra las vías de pensamiento, sino que explora todas las soluciones, ya que todas pueden ser una fuente de esperanza. Schier lo explica:
"También sabemos por qué los optimistas obtienen mejores resultados que los pesimistas. La respuesta está en las diferencias entre las estrategias de afrontamiento que utilizan. Los optimistas no se limitan a ser Pollyannas; son solucionadores de problemas que intentan mejorar la situación. Y si no se puede modificar, también son más propensos que los pesimistas a aceptar esa realidad y seguir adelante".
El pensamiento positivo es bueno para la salud
Muchos estudios han demostrado la relación entre el pensamiento positivo y la buena salud. Pero no es sólo que los pensadores positivos tienden a elegir un estilo de vida más saludable. Las diferencias también se muestran de en. Un estudio reciente de John Hopkins descubrió que las personas con una perspectiva de vida positiva tenían 13% menos probabilidades de sufrir un ataque al corazón o un evento coronario, ¡incluso si había antecedentes de ellos en su familia! También existe una clara relación entre la perspectiva mental y el sistema inmunitario.
Como se nos advierte a menudo, el estrés puede comprometer gravemente el sistema inmunitario, bajando las defensas y dificultando la lucha contra las enfermedades. ¿Y quiénes tienden a sufrir más el estrés? Los que piensan de forma negativa. Las personas con una actitud positiva tienen más probabilidades de hacer frente a los factores estresantes que podrían mantener a un pensador negativo, o de ser capaces de evitarlos, reforzando así sus células asesinas naturales. (aunque no lo creas, son los buenos) Como los niveles de estrés de un individuo tienden a ser autodeclarados, parece que la tarea realmente recae en us para determinar si estamos estresados o no. A priori, parece complicado. Pero pregúntese de nuevo, ¿está el vaso medio vacío o medio lleno?
El pensamiento positivo puede hacerte más exitoso
Como dijimos anteriormente, los pensadores positivos exploran más opciones (mental, física y creativamente) que sus homólogos negativos. Esto significa que, por lo general, tienen una mentalidad más abierta y están más dispuestos a probar cosas nuevas. Con el tiempo, esta actitud les lleva a explorar y perfeccionar habilidades útiles para la vida, como la comunicación, la creatividad, la lógica y la sociabilidad. Los que tienen una disposición que se inclina hacia el optimismo serán más propensos a dar el paso y aprender una nueva habilidad, solicitar un trabajo en un campo emocionante, explorar una tierra lejana o hacer amigos en un nuevo grupo social. Además, si su aventura fracasa, es menos probable que se queden de brazos cruzados, sino que volverán a saltar al ruedo: al fin y al cabo, mañana será otro día.
El pensamiento positivo reduce la ansiedad
Todos nos hemos dejado llevar por la ansiedad, imaginando los peores resultados posibles. Pues bien, un estudio realizado en el Kings College de Londres ha descubierto que manifestar lo contrario, es decir, imaginar bueno los resultados pueden reducir en gran medida la ansiedad. 102 participantes que padecían un trastorno de ansiedad general se dividieron en 3 grupos. El primero tenía que generar imágenes mentales de resultados positivos cuando se enfrentaba a un (teórico) circunstancia que induce a la preocupación. El segundo tenía que describir verbalmente resultados positivos cuando se enfrentaba a las circunstancias preocupantes. El tercero tenía que generar imágenes positivas sin la circunstancia preocupante.
Los investigadores descubrieron que todo de estos métodos lograron disminuir la ansiedad de los participantes. De ello se desprende que cualquier El tipo de pensamiento positivo es una ventaja cuando se trata de combatir la ansiedad. Nuestro subconsciente no puede distinguir entre las imágenes reales y las imaginadas, por lo que imaginar el camino hacia un estado más relajado ES realmente posible. Recordar un buen recuerdo puede mejorar tu estado de ánimo hasta 6 horas después. Así que empieza a recordar.
Setas y pensamiento positivo
Sin duda, ha llegado a sus oídos la noticia de que las setas mágicas son el producto estrella de la investigación en salud mental. Los compuestos psicoactivos de las setas imitan a la serotonina, aumentando el estado de ánimo y calmando el DMN de donde surgen nuestros pensamientos negativos, lo que ayuda al tratamiento de toda una serie de afecciones como depresión, TEPT y OCD. Pero también te habrás dado cuenta de que tus amigos que consumen setas o trufas mágicas de forma recreativa tienden a ¿tiene una visión más optimista de la vida?
En muchos sentidos, las setas se convierten en una "droga de entrada" al pensamiento positivo. Fomentan la apertura mental y aflojan el control del ego. Esto significa que es más probable que esperes resultados positivos y que pruebes cosas e ideas nuevas, ¡como el pensador positivo! Con el resplandor de un viaje de trufas mágicas, que te trae un sentimiento de calidez, inspiración creativa y una mentalidad menos dubitativa, el vaso ya está medio lleno. (Además, si ya estás en el campo de la perspectiva positiva, ¡imagina lo imparable que serás con un impulso de hongos!)
Empezar el viaje hacia el pensamiento positivo
Bien, ya debes estar convencido de que el pensamiento positivo es donde se en. Pero eso no quiere decir que no se pueda gruñir a veces o de vez en cuando le resulta difícil reunir una sonrisa. Si te resulta difícil, tenemos algunos consejos para empezar. ¡Anímate, botón de oro!
Nuestros mejores consejos para hacer de cada día un día de pensamiento positivo:
- Una rutina de microdosificación: La microdosis de trufas o setas mágicas puede hacer que tu día empiece bien. Una subpercepción (es decir, no hay tropiezos) dosis puede despertar tu buen humor, creatividad y apertura mental, para empezar un día de buen rollo. Para más información consulte nuestra guía de microdosificación!
- Autoconversaciones o visualizaciones positivas: Puede parecer complicado o cursi al principio, pero, tal y como descubrió el estudio del Kings College, estas técnicas contribuyen en gran medida a reducir la ansiedad. Imagina que te ocurren cosas buenas, resultados positivos, o di en voz alta tu propio mantra que te haga sentir inspirado.
- Meditación o yoga: Este tipo de actividades que centran la mente pueden sacarte de una espiral de pensamientos negativos. Conecta con tu cuerpo y aprecia cómo te sirve: ¡cuídalo con buenos pensamientos!
- Reformule sus circunstancias: Ahora bien, esto es difícil de hacer, pero tal vez podamos convertirlo en un juego. Intenta encontrar el lado bueno de cada circunstancia. ¿Atascado en el tráfico? Una oportunidad para escuchar un podcast. ¿Un día lluvioso? Una oportunidad para quedarse en casa y cuidarse. etc., etc...
- Escríbelo: Escribir afirmaciones positivas y tenerlas a mano puede ser muy útil cuando nos enfrentamos a una ola negativa. Poner las cosas por escrito hace que se sientan más sólidas y "reales".
- Diviértete: haz tiempo para hacer lo que realmente te gusta, ya sea tocar música, jugar a los videojuegos, hacer marionetas... ¡lo que sea! No dejes que tus placeres sean "culpables". Te mereces un capricho. Tener ganas de hacer las cosas que te gustan puede crear una perspectiva más brillante en general.
¡Feliz Día del Pensamiento Positivo! Y, si todo lo demás falla, sonríe ?